Con la Nota publicada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe con el asentimiento del Papa, la Iglesia se ha dotado de un nuevo instrumento para orientar a los fieles en los casos de presuntos fenómenos sobrenaturales. Así, podrá responder con mayor eficacia a las preguntas que puedan surgir sobre una presunta aparición de la Virgen María, el llanto de una estatua de Cristo o la presencia inexplicable de sangre en una hostia.
El cardenal Fernández, prefecto del Dicasterio, explicó en una rueda de prensa en el Vaticano que muchos santuarios muy populares entre los fieles han experimentado originalmente fenómenos de este tipo. "En muchos casos, estos fenómenos se han desarrollado correctamente y con normalidad", subrayó.
El cardenal argentino citó el caso de los santuarios marianos de Lourdes, Fátima y Guadalupe. Insistió en que el enorme crecimiento experimentado por estos lugares de fe "no ha dependido de una declaración de sobrenaturalidad" por parte de la Santa Sede. También afirmó que el Dicasterio no se ocupará de casos reconocidos por la Santa Sede o por obispos en el pasado a menos que sea necesario, por ejemplo, a petición del obispo responsable o ante problemas que lleve a su Dicasterio a ocuparse del asunto por iniciativa propia.
Próximos avances para Medjugorje
Por otra parte, algunos de los santuarios más controvertidos, como Medjugorje, podrían quedar bajo el escrutinio de las nuevas normas: "Gracias a estas normas, creemos que será más fácil avanzar y llegar […] a una conclusión prudente", dijo el cardenal Fernández, refiriéndose al santuario mariano sobre el que la Iglesia se ha negado a tomar una decisión desde la primera investigación, concluida en 1991.
Medjugorje es un importante lugar de peregrinación que atrae a miles de peregrinos cada año. Sus orígenes se remontan a las apariciones de la Virgen María a unos niños en una colina de Bosnia-Herzegovina en 1981. Se dice que la Virgen se les presentó como la Reina de la Paz, invitándoles a la conversión y la reconciliación.
Una investigación llevada a cabo entre 2010 y 2014 no dio lugar a una decisión de la Santa Sede. Para acompañar a los numerosos peregrinos que viajan allí, a pesar de la actitud cautelosa de la Iglesia, el Papa Francisco nombró a un visitador apostólico en 2018 y decidió autorizar peregrinaciones diocesanas a Medjugorje en 2019.
"Suponiendo que haya un nihil obstat, tal vez tendremos que aclarar que ciertos detalles no deben tomarse en serio", continuó el prefecto. "Si no recuerdo mal, la Virgen de allí daba órdenes, sobre la hora, el lugar, lo que debía hacer el obispo… esto hay que aclararlo", informó, confiando en que aún no estaba muy familiarizado con el caso…
Tras examinar el caso, su Dicasterio deberá elegir una de las seis conclusiones previstas en las normas para pronunciarse sobre los fenómenos en cuestión. Deberá hacer lo mismo con "otros casos que llevan muchos años en el departamento".
Más atención pastoral
"Los santuarios marianos son realmente lugares donde se experimenta una presencia particular de la Virgen María, porque la gente va allí a buscar un diálogo con ella y, a través de ella, con Dios", explicó la monja Daniela Del Gaudio, directora del Observatorio Internacional de Apariciones Marianas y Fenómenos Místicos, presente en la conferencia. En su opinión, las nuevas normas ofrecen a los santuarios "indicaciones precisas para guiar a las comunidades" hacia una espiritualidad mariana "que conduzca verdaderamente a la plenitud de la vida cristiana".
El cardenal insistió en la importancia de los santuarios en general, recordando que son el "corazón de la piedad popular en muchos pueblos". Ante esta realidad, promovió un enfoque pastoral que se adapte a las distintas situaciones encontradas, al tiempo que insistió en la necesidad de "purificar" las situaciones problemáticas.
En ciertos casos, la Santa Sede puede impedir la creación de nuevos santuarios. Puede declarar que un fenómeno no es sobrenatural, como decidió un obispo de acuerdo con la Santa Sede el pasado mes de marzo en relación con las llamadas apariciones de Trevignano, al norte de Roma. También puede juzgar que, a pesar de ciertos elementos positivos, los aspectos críticos y los riesgos son graves y, por tanto, pedir al obispo que declare públicamente que no se permite la adhesión y que explique las razones de esta decisión.