El futuro "santo doctor", Giuseppe Moscati nació el 25 de julio de 1880 en Benevento, Italia. Fue séptimo entre los nueve hijos del magistrado Francesco Moscati y Rosa De Luca. Recibió el bautismo el 31 de julio de 1880.
En 1881 la familia Moscati se trasladó a Ancona y después a Nápoles, donde Giuseppe hizo su primera comunión en la fiesta de la Inmaculada Concepción de 1888.
Desde temprana edad, Giuseppe Moscati demostró una aguda sensibilidad hacia el sufrimiento físico de los demás. Su padre había muerto y uno de sus hermanos sufrió un accidente que le dejó como secuela una discapacidad y ataques epilépticos. José siempre lo acompañó, hasta su muerte, unos años después.
Su vida profesional
De 1889 a 1894 Giuseppe completó sus estudios secundarios obteniendo su diploma de bachillerato con excelentes notas en 1897, con solo 17 años. Unos meses más tarde inició sus estudios universitarios en la facultad de medicina de la Universidad Napolitana.
En enero de 1903, Giuseppe Moscati obtuvo la licenciatura en medicina con la máxima puntuación y derecho a imprenta.
Desde 1904, trabajó como asistente en el Hospital de los Incurables de Nápoles y, entre otras cosas, organizó la hospitalización de los enfermos de rabia y, mediante una intervención personal muy valiente, salvó a los pacientes del Hospital Torre del Greco, durante la erupción del Vesubio en 1906.
Desde 1911 laboró en el Hospital Riuniti como asistente ordinario, como médico ordinario y como médico jefe. Durante la Primera Guerra Mundial fue director de los departamentos militares de mismo hospital.
Voluntario y maestro
Desde sus años universitarios hasta 1908, Moscati fue asistente voluntario en el laboratorio de fisiología; a partir de 1908 fue asistente titular en el Instituto de Química Fisiológica. Además, impartió clases a título propio de muchas materias y durante varios cursos académicos fue profesor suplente en los cursos oficiales de Química Fisiológica y Fisiología.
Pero lo más llamativo de él no era su enorme éxito profesional, que tuvo un nivel y reconocimiento internacional, sino su personalidad, que dejó una profunda impresión en quienes lo encontraban; así como su vida clara y coherente, impregnada de fe y de caridad hacia Dios y hacia los hombres.
La ciencia nos promete bienestar y, como máximo, placer; la religión y la fe nos dan el bálsamo del consuelo y de la verdadera felicidad... ". San José Moscati.
Su caridad con los pobres y los enfermos
Moscati veía a Cristo sufriente en sus pacientes, los amaba y servía en ellos. Incansable, hacía todo lo posible por los que sufrían. No esperaba que los enfermos acudieran a él, sino que iba a buscarlos en los barrios más pobres y abandonados de la ciudad, para tratarlos gratuitamente y ayudarlos con sus propias ganancias.
Por eso todos, pero especialmente los que vivían en la pobreza, sentían con admiración la fuerza divina que animaba a su benefactor, convirtiéndose en apóstol de Jesús sin predicar nunca, anunciando, con su caridad y con su forma de vivir su profesión de médico, al Divino Pastor.
Aunado a su actividad exterior, se prolongaban sus horas de oración y se interiorizaban progresivamente sus encuentros con Jesús sacramentado.
Muerte y canonización
El 12 de abril de 1927, Martes Santo, el doctor Moscati asistió a Misa, como lo hacía todos los días. Luego de atender sus deberes en el hospital y en su consulta privada, se sintió enfermo y murió sentado en su sillón, fulminado en plena actividad, con solo 46 años de edad.
Murió humilde y calladamente, pero la noticia de su muerte fue anunciada y difundida de boca en boca con las palabras: "Ha muerto el Santo doctor".
La ciudad de Nápoles quedó consternada por esta pérdida porque, aunque José había vivido en la máxima sobriedad, todos lo conocían y amaban porque era "el médico de los pobres".
José Moscati fue beatificado por el Papa Pablo VI el 16 de noviembre de 1975 y canonizado por San Juan Pablo II el 25 de octubre de 1987.
Su fiesta se celebra el 12 de abril.